¿Planificar o no planificar?

Debatible, ¿verdad? Pero lo cierto es que el mundo ha cambiado y los planes de negocio también deben hacerlo. Los llamados business plan siguen y seguirán siendo necesarios, pero en este post quiero mencionar algunos elementos a tomar en cuenta.

Siempre hemos estado acostumbrados a culminar nuestro plan de negocios para recién validarlos. El objetivo era desarrollar un business plan lo suficientemente sólido y respaldado con estudios de mercado para convencer a los inversionistas de su éxito. La experiencia, sin embargo, nos está enseñando que esta forma tradicional de hacer las cosas cada vez es más riesgosa. Veamos los casos emblemáticos de Nativa (gaseosa con sabor a mate que la empresa coca-cola lanzó al mercado argentino) y La Moradita (gaseosa con sabor a chicha morada que la empresa coca-cola lanzó al mercado peruano), donde se perdieron millones de dólares en el desarrollo del producto y su lanzamiento, pues nunca lograron conectar con los consumidores.

Bajo este contexto, los aportes de Steve Blank (The Startup Owner’s Manual, 2012) y Alex Osterwalder (Business Model Generation, 2010) son cada vez más relevantes. La propuesta de validar primero el modelo de negocio antes de iniciar el desarrollo de un business plan es la tendencia. Ésta se basa en un cambio de perspectiva, pasando de un enfoque de desarrollo de producto (plan de negocios tradicional) a un enfoque de desarrollo de clientes (modelo de negocio). Este nuevo enfoque demuestra ser más efectivo porque va de la mano con las nuevas tendencias del entorno (más competencia y más información y comunicación en manos de los clientes).

Sin embargo, para quienes plantean que el plan de negocios ha muerto (como afirma este video), debo decirles que no. Una vez validado el modelo de negocio se debe continuar con el desarrollo de un business plan. Éste es clave para evaluar la rentabilidad económica, viabilidad operativa y la sostenibilidad ambiental y social del proyecto. Además, un buen business plan nos servirá como guía para la implementación del proyecto y como una excelente herramienta de comunicación para venderlo a potenciales inversionistas.

Para finalizar podemos concluir con lo siguiente: Hoy nadie invierte en un modelo de negocio que no cuente con un buen plan de negocio, y nadie invierte en un plan de negocio que no cuente con un buen modelo de negocio; es decir, ambos se complementan perfectamente para reducir la incertidumbre inherente que todos los proyectos tienen.

Saludos!

Juan Muñoz